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Museo Casa de Yrurtia

CANTO AL TRABAJO

El 10 de Agosto de 2022 se cumple el centenario de la inauguración de Canto al Trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes, cuya sede estaba entonces en el edificio que fue utilizado como Pabellón Argentino en la Exposición Mundial de París de 1889.

Rogelio Yrurtia tenía en Eduardo Schiaffino, director del Museo nacional de Bellas Artes entre el 16 de julio 1895 y el  19 de septiembre de 1910, a un gran impulsor. Siguió de cerca su carrera como becario en Roma y se interesó por sus trabajos durante su prolongada estadía parisina.

En 1904 seleccionó Las pecadoras como parte del envío argentino a la Exposición Universal de Saint Louis, pieza con la que el escultor obtuvo el Gran Premio de Honor. Esta distinción se sumó a los elogios recibidos por las presentaciones en los salones parisinos. Con esos antecedentes la Comisión de Obras de Arte de la ciudad de Buenos Aires le encargó, en 1907, la realización de la obra que Yrurtia había presentado como maqueta en la Municipalidad de Buenos Aires con el nombre de El triunfo del trabajo. Planteada originalmente en mármol de Carrara debía estar concluida en marzo de 1910.

El intercambio epistolar y de fotografías entre el director del museo e Yrurtia, demuestra el interés de Schiaffino por la obra. El proceso de creación del grupo escultórico para la ciudad se demoró, entre otras cuestiones, por la participación del escultor argentino en los concursos para el monumento del primer centenario de la Revolución de mayo y para el monumento a la Independencia. A mediados de 1911 Yrurtia finalizó el yeso del grupo escultórico que pasó a llamarse Canto al trabajo, cuyas figuras serían fundidas más tarde en bronce en el taller parisino de Alexis Rudier y la piedra en la Fonderie Nationale de Bronzes situada en Bruselas.

El Canto al Trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes

En noviembre de 1909 el Museo Nacional de Bellas Artes se mudó de su primera sede en el Bon Marché (actuales Galerías Pacífico) al edificio de hierro y vidrio levantado en la plaza San Martín.  Esta construcción había oficiado como Pabellón Argentino en la Exposición Universal de 1899 en París y, una vez trasladado a Buenos Aires, fue la segunda sede del MNBA hasta comienzos de la década de 1930.

 

En la planta baja de este nuevo espacio, Schiaffino ubicó el Museo de escultura comparada, con los calcos adquiridos en Europa y la colección de esculturas y, en el primer piso la pintura argentina e internacional, según consta en el inventario que realizara antes de dejar su cargo en septiembre de 1910.

Un mes más tarde, el nuevo director Carlos F. Zuberbühler, realizó otro inventario que registra el guión de la colección permanente planteado por Schiaffino. En esta descripción se advierte la presencia de una obra de Yrurtia. Se trata de El pueblo de mayo en marcha, escultura que había participado del concurso del monumento a la Revolución de Mayo con motivo del Centenario. Dicha pieza permaneció en custodia en el museo hasta la década de 1930. Gracias a ese inventario, a las fotos de época y a los artículos de la prensa se conoce su ubicación en la planta baja próxima a los calcos de importantes piezas de la historia del arte y de significativas obras de la colección.

Este hecho curatorial seguramente constituyó un antecedente importante a la hora de decidir dónde ubicar años más tarde el grupo en bronce del Canto al trabajo. La escultura se encontraba en el puerto de Buenos Aires desde abril de 1921. Por entonces Yrurtia alternaba su labor en el taller con su actividad como docente en la Academia Nacional de Bellas Artes.

En 1922 Cupertino del Campo se encontraba al frente del museo, fue bajo su gestión, en agosto de ese año, cuando se decidió montar Canto al trabajo en el hall del museo. El diario La Razón señaló el hecho como “El más grande acontecimiento del año en nuestras artes plásticas”. La obra permaneció allí hasta 1927 cuando  fue trasladada a la Plaza Dorrego.

El grupo escultórico  fue ubicado frente al calco del Moisés de Miguel Ángel y, según comentó la prensa de la época, el espacio fue acondicionado con cortinados y efectos de luz para obtener una mejor visión del conjunto.

En este lugar destacado la pieza entablaba diálogos con los calcos de reconocidas piezas del renacimiento, del siglo XIX y de comienzos del XX, San Jorge de Donatello, Moisés de Miguel Ángel, Primeros funerales de Ernest  Barrias y, con Beso y Tierra y Luna de Auguste Rodin.  Obras de grandes maestros de la escultura clásica y académica y, ya en el cambio del siglo, de un gran innovador como Rodin; lenguajes que Yrurtia conoció de primera mano durante su estadía europea y cuyas filiaciones se pueden reconocer en la extensa producción del argentino. Sin duda este era un espacio privilegiado que permitía gran visibilidad y le otorgaba legitimidad a la obra del escultor. Este hecho no pasó desapercibido en el medio artístico local.

A comienzos de los años ’20 el campo artístico porteño estaba atravesado por fuertes discusiones vinculadas con las vanguardias, algunas de ellas registradas en publicaciones como Martín Fierro, Inicial y Campana de palo. Publicaciones que se hicieron eco de la obra de Yrurtia con comentarios de diverso tono.

 No olvidemos que figuras como Emilio Pettoruti y Xul Solar en la pintura, y Pablo Curatella Manes en la escultura, movilizaban el ambiente con propuestas innovadoras, alejadas de los lenguajes académicos, naturalistas y realistas que aún poseían un fuerte predicamento.

 De esta manera, quien visitara el Museo Nacional de Bellas Artes entre 1922 y 1927 era recibido por un importante conjunto de esculturas entre las que se encontraba Canto al trabajo de Yrurtia.

 

La colección del museo posee un estudio para el monumento donado en 1974 por la hija del Dr. Carlos Delcasse, apoderado legal y amigo del escultor. Este Torso, fundido por Alexis Rudier, le fue obsequiado a Delcasse por el escultor en 1911. La escultura fue emplazada en el jardín de la casa del abogado ubicada  en Sucre y Cuba, en el barrio de Belgrano, hasta su donación al museo.

La inauguración

El Jueves 10 de Agosto de 1922 se realizó la inauguración de Canto al Trabajo, la cual fue dividida en dos horarios, la oficial, para un público más reducido a las 11.30hs y a las 15hs para el público en general

Los diarios de la época cuentan en forma detallada los asistentes a la inauguración oficial: legisladores de ambas cámaras, varios Ministros, como los de Relaciones Exteriores y Culto, Dr Pueyrredón, de Obras Públicas, Dr. Torello, de Guerra, Dr. Moreno, de Justicia e Instrucción Pública, Dr. Salinas, a los que se sumaron entre otros los Ministros Diplomáticos del Brasil, Dr Pedro de Toledo y de México, Dr Enrique González Martinez,

Se encontraban también la Presidenta de la Biblioteca del Consejo Nacional de Mujeres, sra Carolina Lena de Argerich, el Presidente de la Comisión Nacional de Bellas Artes, arquitecto Martín Noel, el director de la Academia de Bellas Artes Pío Collivadino, y el Director interino del Museo Nacional de Bellas Artes, Sr. Atilio Chiappori

Entre los artistas y críticos se encontraban Ernesto de la Cárcova, Ricardo Gutierrez y Julio Rinaldini, futuro biógrafo de Yrurtia.

Geertruida Radersma y el Canto al Trabajo

En el pedestal de Canto al Trabajo, junto a la firma “Rogelio Yrurtia. Estatuario”, se encuentra grabada en el bronce una dedicatoria: “a Geerdita”.

 

La dedicatoria refiere a la primera esposa del escultor, Geertruida Radersma, también llamada Geerda o Gertrudis, y por Yrurtia con el apelativo afectuoso de Geerdita.

De ancestros holandeses, Radersma nació el 11 de Mayo de 1877, en la Isla de Java, Indonesia. Realizó en Europa estudios en arte y literatura y se encontraba en París estudiando los movimientos de vanguardia cuando conoció a Yrurtia en un museo. Narra un periódico de la época que cuando Yrurtia la vió pidió inmediatamente que se la presentaran.(1) Se casaron en París, ciudad en la que Yrurtia residía desde hacía pocos años, el 3 de Abril de 1903.

Luego de una larga residencia en Europa, durante la cual Yrurtia terminó el Canto al Trabajo, la pareja se trasladó a Buenos Aires en 1920, donde se establecieron en  la casa de la calle O´Higgins 2390, y comenzaron a reformarla ya con la idea de convertirla en casa-museo.

Geertuida Radersma junto a Rogelio Yrurtia en la inauguración de Canto al Trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes, 10 de Agosto de 1922 (3)

 

A las crónicas de la inauguración en diferentes diarios, podemos agregar como nota de color que el diario La Razón mencionó a Radersma como Emy II de Yrurtia.

Mientras el Canto al Trabajo se encontraba expuesto en el Museo Nacional de Bellas Artes, Rogelio Yrurtia sugirió algunas locaciones para su ubicación definitiva. Entre otras, quiso que su obra fuera situada en la Plaza San Martín, hubo entonces opiniones en contra de esa elección ya que se alegaba que no podía estar cerca de la estatua del prócer porque la obra de Yrurtia tenía “tendencias anarquizantes”. El escultor respondió que “nada más lejos de eso” y declaró:

“Mi obra expresa el trabajo del hombre, coronado por el amor de la mujer. Quiero decir, que sin amor, no existe esfuerzo posible” y también “Su verdadero significado es un canto al amor, una representación de lo que la mujer significa en la vida de los hombres, como sostén, como alegría y esperanza en la lucha”.(2)

Rogelio Yrurtia rendía homenaje de este modo a la mujer y en especial a aquella que lo acompañó durante esos años de intenso trabajo y conflictos en el desarrollo y finalización de una de sus obras más destacadas.

Geertruida Radersma muere en Buenos Aires en 1935.

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Lic. María Florencia Galesio (Jefa del Área de Investigación MNBA)

Lic. Marcelo de la Fuente (Responsable Área de Investigación MCY)

(1) Recorte fechado 7 de Julio de 1929. “Hace 25 años. 7 de Julio de 1904”. Fondos documentales del Museo Casa de Yrurtia. La crónica dice que la madre de Radersma, Johanna Veenstra era “descendientes de noble” y la bisabuela de G. Radersma era “Marquesa de Ferté”. De los tres hermanos de Radersma la nota dice que uno era Gobernador en Java, otro ingeniero militar y los demás, oficiales de la armada holandesa. Sabemos que el padre Inze Radersma era diplomático y pastor religioso.
(2) Catálogo del Museo Casa de Yrurtia, Buenos Aires, 1957
(3) Revista Caras y Caretas . Nro. 1246 19.08.1922.
Créditos de las fotografías
Fotografías del Pabellón Argentino y de Canto al Trabajo en el MNBA. AGN
Fotografía del Torso. MNBA
Fotos de Yrurtia y Geertruida Radersma. Fondos documentales MCY